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Cómo entender el comportamiento animal en perros con ansiedad o estrés

Cuando escuchamos la palabra estrés, a menudo lo asociamos con algo negativo. Pero en realidad, el estrés no siempre es malo: es simplemente la forma en que el cuerpo se adapta a los desafíos.

Perro marrón con expresión triste acostado sobre una cama blanca, mostrando señales sutiles de estrés o malestar emocional.

Cuando se maneja bien, el estrés puede incluso ayudar a desarrollar resiliencia y enseñarnos nuevas habilidades. Sin embargo, si no se controla o se prolonga en el tiempo, puede tener efectos negativos como ansiedad, depresión o mala toma de decisiones.


Lo que hace que el estrés sea dañino en el comportamiento animal en perros es su intensidad, duración y la forma en que se maneja.


¿Cómo se ve el estrés en los perros?


Al igual que nosotros, los perros muestran señales de estrés de muchas formas. Algunas son evidentes, como jadeo excesivo o temblores. Otras son más sutiles y muchas veces pasan desapercibidas. Por ejemplo, bostezar puede ser una señal de estrés, especialmente si el perro está en una situación incómoda, como cuando se le pide hacer algo confuso o alguien invade su espacio personal.

Otra señal común es lamerse los labios. Si no hay comida cerca, tu perro podría estar diciendo: “Estoy incómodo”. Otras señales incluyen una postura corporal rígida, mostrar la parte blanca de los ojos (whale eye), evitar situaciones, quedarse inmóvil, caminar de un lado a otro o soltar mucho pelo repentinamente.


¿Deberías responder a cada señal de estrés?


No necesariamente. Algo de estrés es normal e incluso saludable: ayuda a los perros a adaptarse a nuevas situaciones y a desarrollar confianza. A veces, tu perro puede sorprenderte con lo resiliente que es.


Dicho esto, si el estrés se vuelve crónico o abrumador, es importante intervenir. La mejor manera de ayudar a tu perro es construyendo una comunicación clara, para que sepa cómo manejar situaciones difíciles. Un llamado eficaz, entrenado con refuerzo positivo, puede ayudarte a guiar a tu perro fuera de ambientes estresantes de manera segura.


También, brindarle a tu perro un espacio seguro es una excelente manera de ayudarlo a gestionar su estrés por sí mismo. Puede ser una jaula, una cama específica o una habitación tranquila: cualquier lugar donde el perro aprenda que puede retirarse y relajarse sin ser molestado. El entrenamiento con jaula puede ser especialmente útil en este sentido, ya que le ofrece al perro un entorno familiar al cual acudir en situaciones de sobreestimulación como visitas en casa, ruidos fuertes como tormentas o fuegos artificiales, o simplemente cuando necesita un descanso. Enseñar a tu perro a acudir a este espacio le da una herramienta para calmarse solo y aumenta su confianza.



Principales señales del comportamiento animal en perros estresados


Esto pasa más seguido de lo que uno cree. Al final del día, los perros domésticos siguen siendo animales viviendo en un entorno controlado por humanos. Dependen de nosotros para satisfacer no solo sus necesidades físicas, sino también las mentales y emocionales. Esto incluye permitir comportamientos naturales como olfatear, cavar, perseguir y socializar, especialmente en perros jóvenes y con mucha energía.


Una forma útil de entender esto es con la analogía de la botella de gaseosa:

Imagina que el cuerpo de tu perro es una botella de gaseosa sellada. Esa botella está llena de energía —y cuando se agita por estrés, sobreestimulación o necesidades no satisfechas, la presión interna aumenta. Si sigues agitándola, empujándola o añadiendo más sin liberar nada, ¿qué pasa? Eventualmente, explota. Y si se queda así mucho tiempo, toda la experiencia —como el sabor de la gaseosa— se vuelve insípida.


¿La lección? Dale a tu perro formas seguras y saludables de liberar esa presión antes de que se acumule.


Un indicador clave de estrés es el sueño


Una de las formas más simples de revisar el nivel de estrés de tu perro es observar sus patrones de sueño. Un perro adulto sano debería dormir entre 12 y 14 horas al día, mientras que los cachorros y los perros mayores pueden necesitar hasta 18 o 20 horas. Deberías ver que tu perro toma siestas regulares durante el día. Si tu perro parece estar siempre alerta, inquieto o muy cansado, puede ser una señal de estrés crónico o sobre-estimulación. Es hora de detenerse y evaluar qué puede estar ocurriendo.


Usa el análisis del comportamiento para identificar patrones de estrés


También puedes evaluar el estrés de tu perro observando su comportamiento más de cerca:


  • Primero, identifica la señal. ¿Qué comportamiento indica estrés? ¿Lamerse los labios? ¿Bostezar? ¿Evitar algo?

  • Luego, observa los patrones. ¿Sucede a ciertas horas del día? ¿Alrededor de personas o animales específicos? ¿En respuesta a sonidos como tormentas o fuegos artificiales?


Una vez que hayas identificado los desencadenantes, intenta reducir la exposición de tu perro a ellos, especialmente si aún no tiene la capacidad de afrontarlos. Evitar el estrés innecesario ayuda a prevenir la acumulación de tensión, que con el tiempo puede llevar a problemas de comportamiento graves o desequilibrios emocionales.


Si sientes que tu perro ya está mostrando efectos a largo plazo del estrés —como agresión por miedo, conductas de bloqueo o hábitos compulsivos— es momento de contactar a un especialista certificado en comportamiento animal. Estos profesionales pueden ayudarte a evaluar la situación y a crear un plan personalizado para apoyar la recuperación de tu perro.


¿Cuál es la solución para el estrés en perros?


La mejor manera de manejar el estrés de tu perro es proporcionarle salidas apropiadas para su energía. Cada perro es diferente. Tú conoces mejor a tu perro:


  • Si le encanta correr, llévalo a un campo grande y corran juntos.

  • Si le gusta olfatear, esconde premios en el parque y déjalo “cazarlos”.

  • Si es un terrier y ama cavar, crea una caja de arena y escóndele tesoros.


Investiga para qué fue criado originalmente su raza y encuentra maneras de permitir que exprese ese instinto. Tu perro te lo agradecerá.


No todas las soluciones deben ser activas. Algunos perros encuentran gran consuelo en rutinas tranquilas —caricias suaves, momentos de descanso compartido o incluso breves pausas de atención plena juntos. Caricias largas y lentas a lo largo de su espalda o simplemente sentarse juntos en un lugar tranquilo puede hacer maravillas para ambos.


Ofrecer a tu perro una rutina predecible de ejercicio, enriquecimiento, límites, alimentación, pausas para ir al baño y momentos a solas también puede reducir mucho el estrés. La estructura genera confianza al permitir que tu perro sepa qué esperar y cuándo —eliminando la incertidumbre que a menudo alimenta la ansiedad. Un ritmo diario calmado y consistente ofrece a los perros una sensación de seguridad y control sobre su entorno.


Reflexión final del estrés canino en perros


Al final del día, el estrés es parte de la vida —tanto para nosotros como para nuestros perros. Lo más importante es cómo los ayudamos a sobrellevarlo. Al reconocer las señales tempranas, satisfacer sus necesidades físicas y emocionales, y crear un entorno de apoyo, les damos las herramientas para navegar el mundo con más confianza y calma. Ya sea mediante una caminata olfativa diaria, un rato de mimos tranquilos, o simplemente pausando para observar, estás fortaleciendo el vínculo cada vez que ayudas a tu perro a sentirse seguro y comprendido.


Si alguna vez te sientes estancado o preocupado por el comportamiento de tu perro, no dudes en contactar a Easy Dog — nunca es demasiado pronto para buscar apoyo. Tu perro se comunica contigo todos los días. ¿Estás escuchando?

 
 
 

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